Impacto de la pandemia Covid-19 en las personas mayores: Restando tiempo al tiempo

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Dr. Enrique Gómez-Alvarez Salinas

Covid-19 en personas mayores

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A raíz de mi publicación anterior sobre la “Juventud y pandemia”, he recibido comentarios de varias personas que consideraban que el efecto de la pandemia Covid-19 en las personas mayores estaba siendo mucho más importante que en la juventud.

Mi respuesta (agradeciendo de antemano el interés y los comentarios, siempre bien recibidos, a cada publicación) ha sido siempre la misma: El malestar emocional, anímico y afectivo que está provocando el Covid-19 en las personas mayores está siendo muy superior al que está provocando en cualquier otro grupo de edad.

En esa publicación anterior quería sacar a la luz ese malestar silente que está causando en la gente joven y que está pasando muy desapercibido.

Pero es un hecho incuestionable que la pandemia está afectando fundamentalmente a las personas de edad avanzada y que la morbilidad Covid-19 en las personas mayores está siendo dramática.

Hace escasos días una persona de 76 años a la que estaba atendiendo en la consulta me decía lo siguiente: «cualquier momento que pierdo en mi vida a consecuencia de la pandemia significa un porcentaje de tiempo muy alto con relación al tiempo de vida que me queda».

El efecto del Covid-19 en las personas mayores está significando una pérdida irremediable de tiempo.

El tiempo es lo más preciado que tenemos en la vida.

La pandemia está restando tiempo al tiempo.

La juventud tiene toda la vida por delante. Se está perdiendo un momento vital, en el que la capacidad de disfrute es máxima, pero el joven tiene tiempo. Todas las posibilidades pueden ser alcanzables en el futuro.

La persona mayor tiene que disfrutar del presente. Ya no hace planes de futuro. El presente es lo máximo. Lo único seguro. Y ese presente está siendo limitado (muy limitado) por la pandemia.

Lo que puedo objetivar y verificar en consulta es que el Covid-19 en las personas mayores está provocando más alteraciones emocionales, por las que piden atención y ayuda, que en otros grupos de edad.

Estoy objetivando un aumento importante en el número de personas mayores que consultan por ansiedad, por síntomas depresivos y por pensamientos obsesivos (con actos compulsivos) consecuentes a la pandemia.

Además, suelen ser personas sin patología previa relacionada con su Salud Mental, es decir, personas emocionalmente sanas que están desarrollando una patología nueva (ansiedad, depresión, TOC, …) consecuente a la situación actual provocada por el Covid-19.

Hay tres factores fundamentales causantes de este gran malestar emocional provocado por el Covid-19 en las personas mayores: La limitación temporal, la fragilidad orgánica y la sensación de soledad

LIMITACIÓN TEMPORAL

Ya lo hemos comentado antes. El factor tiempo está limitado. Ya no se hacen planes de futuro. Se tiene que vivir el presente.

Y el presente nos lo han cambiado.

No se puede salir, no se puede estar con los amigos ni se puede disfrutar de la familia.

No hay viajes. No hay comidas familiares.

Los cumpleaños se celebran en soledad y no se tiene la certeza de poder celebrar el siguiente.

El Covid-19 en las personas mayores está provocando un aumento exponencial en la aparición de episodios depresivos.

La persona pierde sus ilusiones, lo que le hace que está triste, apática, aburrida. No disfruta de sus actividades habituales. Se altera el sueño. Se afecta el apetito. Y, sobre todo, el pensamiento se vuelve negativo.

Aparecen episodios depresivos en personas que nunca antes los habían padecido. Personas que estaban disfrutando de una vida que ha cambiado radicalmente.

Covid-19 en personas mayores
Foto de Dusan Jovic en unsplash

FRAGILIDAD ORGÁNICA

La persona mayor está mucho más limitada físicamente.

Ha ido notando los achaques de la edad de forma progresiva y ahora ya no confía tanto en su cuerpo.

Piensa que no va a ser capaz de sobrevivir al Covid-19 si se contagia y enferma.

Esto le hace tener un miedo atroz, desbordado y extraordinario al contagio o a la posibilidad de contagiarse.

Esta situación está provocando el desarrollo de episodios de TOC que están limitando aún más la vida de la persona.

El pensamiento en torno a la posibilidad de contagio se convierte en obsesivo, se hace invasivo. La persona no puede dejar de pensarlo y de temerlo, muchas veces incluso visualizando anticipadamente el efecto negativo que la enfermedad tendría en ella.

Esto provoca la aparición de actos compulsivos. Actos que se realizan para tratar de aliviar el malestar que provoca el pensamiento.

Y estos actos son de limpieza excesiva (lavados de manos constantes, limpieza de los utensilios del hogar, de la ropa, …) o de evitación (no se sale, no se toca, no se contacta con nadie). Se limita más la vida ya limitada.

Y este malestar provoca ansiedad elevada y síntomas depresivos de forma asociada.

Covid-19 en personas mayores
Foto del NCI en unsplash

SENSACIÓN DE SOLEDAD

La persona mayor aislada por la pandemia (por las indicaciones externas o por las que la propia persona se autoimpone) está muy sola.

Incluso aunque tenga familiares cerca, porque han perdido gran parte o todo su contacto interpersonal externo.

El joven sale menos, pero sale. Ve a los amigos, está con ellos. Si no es físicamente lo es virtualmente, con las redes sociales, con los videojuegos. Las salidas son más limitadas, pero el contacto puede ser diario.

La persona en edad adulta o en edad madura también tiene su rutina extradomiciliaria basada en el trabajo o en actividades paralelas gestionadas por las aficiones (deporte, paseos, …)

La persona mayor tiene mucho más limitada o imposibilitadas estas actividades. La vida se hace repetitiva y rutinaria en soledad lo cual genera ansiedad y alteraciones del ánimo.

Covid-19 en personas mayores
Foto de Cristian Newman en unsplash

La diferencia fundamental entre la afectación de la pandemia Covid-19 en las personas mayores y en la juventud radica en la presencia de patología.

En el joven está provocando malestar.

La persona mayor, que no dispone del tiempo y tiene más temor a la enfermedad, la pérdida de futuro está provocando patología clínica (ansiedad, depresión o TOC) con una frecuencia muchísimo más elevada que en la juventud y con una mayor intensidad clínica.

Tenemos que ser capaces de facilitar a las personas mayores un mayor disfrute de su vida, de su presente.

Hay que aportarle opciones de actividades nuevas. Que sean capaces de disfrutar de su vida por nuevos mecanismos de ocio.

Impulsarles al manejo de las nuevas tecnologías, al uso de internet, al aprovechamiento de la televisión con las opciones que ofrece de búsqueda de películas para ver, de series para descubrir. Retomar la afición por la lectura, por los pasatiempos, el ajedrez, las cartas, …

Hay que salir a pasear, tomar el aire, recibir los rayos del sol, no estar todo el día encerrando en casa.

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Foto de Capstone Events en Unsplash

Evitar la información excesiva en torno a la enfermedad, a los contagios, a los fallecimientos, … No pueden estar siempre viendo “noticias”.

Confiemos en que las vacunas estén muy pronto (ya está siendo tarde) puestas a todas las personas mayores para que retomen la confianza en un futuro muy próximo y en el disfrute del presente.

Covid-19 en personas mayores
Foto de Hakan Nural en unsplash

La afectación anímica y emocional de la pandemia Covid-19 en las personas mayores está siendo mucho más dramática que en otros grupos de edad, pero todo tiene solución.

La enfermedad se supera, los estados anímicos y afectivos alterados se recuperan.

La vuelta a la normalidad es una expectativa real a corto plazo. No debe ser sólo una utopía para quien no se puede permitir regalar nada de su tiempo.

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