El día 1 de enero de 2022 ha entrado en vigor la última revisión de la clasificación internacional de las enfermedades (CIE 11).
Supone la consideración del Síndrome de Desgaste Profesional («Burnout» en la clasificación anterior, CIE 10) como un problema relacionado con el trabajo.
Hasta esta revisión, el “burnout” estaba incluido entre los “problemas relacionados con la dificultad en el control de la vida” (Z73.0), dentro de la categoría genérica de “personas que entran en contacto con los servicios sanitarios en otras circunstancias”. No era, como tal, una enfermedad.
Con la nueva clasificación, el síndrome de desgaste profesional se incluye, ya como enfermedad, en el capítulo 24: “Factores que influyen en el estado de salud o el contacto con los servicios de salud” dentro de la subcategoría de “Problemas asociados con el empleo y el desempleo” y es codificado como QD85: Síndrome de desgaste profesional.
Según la CIE-11, el síndrome de desgaste profesional es el “resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito».
Se caracteriza por tres dimensiones:
1) Sentimientos de falta de energía o agotamiento
2) Aumento de la distancia mental con respecto al trabajo o sentimientos negativos con respecto al trabajo
3) Sensación de ineficacia y falta de realización.
Los síntomas principales del síndrome de desgaste profesional son los siguientes:
- Agotamiento físico y mental prolongado en el tiempo.
- Sensación de fatiga continuada.
- Fracaso e impotencia personal.
- Disminución de la autoestima
- Reacción psicológica negativa hacia la actividad laboral, de la que ya no disfrutamos. Nos causa pereza acudir al trabajo y el pensamiento en torno al mismo se hace recurrente y negativo.
- Descenso de la productividad laboral, bajo rendimiento y desmotivación.
- Síntomas de ansiedad. Inquietud interior, nerviosismo, acelero, episodios de opresión precordial y taquicardia.
- Alteración del sueño. Causado por un pensamiento continuado en el trabajo con temor a su afrontamiento. Provoca gran dificultad para conciliar el sueño con presencia de múltiples despertares durante la noche. Esta alteración del sueño y la alteración que provoca en el descanso genera una mayor intensidad de agotamiento físico continuado.
- Malestar físico variado, somatizaciones, con presencia, fundamentalmente, de dolores frecuentes de cabeza y alteraciones digestivas (dolor epigástrico, malas digestiones o alteración del hábito intestinal).
- Cambios en el comportamiento habitual, con indiferencia, irritabilidad fácil y endurecimiento en el trato.
- Síntomas depresivos, fundamentalmente dominados por apatía, decaimiento y disminución de la capacidad de disfrutar de las cosas que siempre nos han gustado (lo que llamamos anhedonia)
El síndrome de desgaste profesional puede aparecer en cualquier profesión, pero es más frecuente en trabajadores que tienen un trato directo con público o con clientes, es decir, en los que existe una exposición social elevada.
Además, suele aparecer más en personas que han elegido su oficio de manera muy vocacional, como personal sanitario, educadores o trabajadores sociales.
Se objetiva una mayor facilidad para la aparición del síndrome de desgaste profesional cuando existe una gran discrepancia entre las expectativas que la persona tenía sobre el trabajo y la realidad de las tareas que tiene que realizar.
También aparece más frecuentemente el síndrome de desgaste profesional cuando la persona está sometida a una gran sobrecarga que está mantenida en el tiempo o a un exceso de responsabilidad en el desarrollo de su actividad laboral.