Hace ya muchos años escuche una noticia en la radio que hablaba de una persona que llevaba años sin dormir.
Según decían, su cuerpo y su mente se habían adaptado a la ausencia de sueño y se comentaba que esta persona aprovechaba de forma positiva todas las horas del día y de la noche.
Nunca tuve muy claro que esta noticia fuera real, pero en estos momentos estoy totalmente convencido que esta persona se inventó ese cuento y nos engañó a todos.
El Libro Guinnes de los récords, que lo mide y lo contabiliza todo, indica que el récord de horas sin dormir lo tiene, desde el año 1965, Randy Gardner, que estuvo despierto 11 días y 25 minutos.
No existe un récord posterior porque el Guinnes decidió no registrar nuevos récords en ese ámbito ante la posibilidad de provocar riesgos de salud en la persona que tratase de embarcarse en esa aventura.
Sí se ha podido comprobar, a través de experimentos en voluntarios a los que se ha mantenido sin dormir (bajo un estricto control médico), que aparecían, a medida que pasaba el tiempo, alteraciones en la concentración y en la atención, así como alteraciones del ánimo, con apatía y mal humor.
La experiencia clínica me hace objetivar que la alteración crónica y mantenida del sueño provoca una afección intensa del estado anímico y emocional de la persona que lo padece, generando síntomas de ansiedad (nerviosismo, acelero interior, inquietud, …) y, progresivamente, síntomas depresivos dominados por la apatía, la anhedonia, el decaimiento y el pensamiento negativo.
Hay que dormir un número suficiente de horas para prevenir la ansiedad y la depresión o para tratar cualquiera de los dos procesos ya establecidos, que a su vez provocan alteraciones del sueño, aunque tengamos que tomar pastillas para conseguirlo.
Por eso voy a exponer una serie de razones para tomar pastillas para dormir que nos quiten la idea establecida de que es malo tomarlas.
Lo primero y principal que tengo que resaltar es que cualquier tratamiento farmacológico TIENE QUE ESTAR SIEMPRE INDICADO, RECETADO, CONTROLADO Y SUPERVISADO POR UN MÉDICO.
Partiendo de esta premisa, mi convicción es que hay suficientes razones para tomar pastillas para dormir, de forma supervisada, antes de tener alteraciones constantes y continuadas en el sueño.
La alteración del sueño va a provocar una afectación muy importante en nuestra calidad de vida.
Indico en el título de esta entrada que existen razones para tomar pastillas para dormir sin tener que flagelarse por ello, pero también podría haberlo titulado como:
“Razones para recetar pastillas para dormir sin tener que pedir perdón por ello”
La idea preconcebida es que tenemos que dormir de forma natural, sin ningún tipo de tratamiento, pero mi idea, la que me da la experiencia clínica, es que TENEMOS QUE DORMIR (y punto).
Tenemos y debemos aprovechar todos los recursos que nos ofrece la Medicina y la Farmacología para mejorar nuestra calidad de sueño, que mejorará nuestra calidad de vida.
Se trata de explicar cuáles son esas razones para tomar pastillas para dormir. Me pongo con ello.
1- Un fármaco relajante, ansiolítico o hipnótico es un medicamento como cualquier otro que podamos encontrar en las oficinas de farmacia.
En la Psiquiatría se da un caso curioso a la hora de recetar medicamentos en comparación con otras especialidades de la Medicina.
Si un Cardiólogo nos diagnostica una Hipertensión arterial y nos manda un tratamiento para controlarla nos lo tomamos sin rechistar y, además, nos ponemos contentos porque vamos a controlar esas cifras elevadas de tensión arterial que estamos padeciendo.
En ningún caso pensamos que nos vamos a “enganchar” a las pastillas de la tensión.
Lo mismo pasa con las pastillas del Colesterol, o con las de la Próstata, o las de la Migraña, o las de la Fibromialgia, o las gotas de la tensión ocular, o … con cualquiera menos con las nuestras.
Ahora, si es nuestro Psiquiatra quien nos indica un tratamiento farmacológico para mejorar el sueño, ponemos todas las objeciones posibles.
La realidad es que son medicamentos seguros, aprobados por la Agencia española del medicamento, que nos van a mejorar el sueño y, por tanto, nos van a mejorar la calidad de vida.
2- El temor desmedido a la dependencia forma parte la leyenda negra de estos fármacos, pero, si su indicación está bien controlada, la dependencia nunca debe aparecer.
Habitualmente lo primero que una persona me pregunta cuando le receto un tratamiento para dormir es si se va a “enganchar” a la pastilla.
Es así.
El miedo a tener que dormir siempre con fármacos es enorme en todo el inconsciente colectivo.
No ocurre con ningún otro tipo de fármaco.
Si un Traumatólogo indica a un paciente con dolor en la rodilla un fármaco analgésico-antiinflamatorio el paciente pregunta si le va a quitar el dolor, no pregunta por el riesgo de engancharse.
¿Qué es engancharse a una pastilla?
Hay ocasiones en las que una persona puede tener que tomar pastillas para dormir muy a largo plazo o para siempre. Pero habitualmente esto no ocurre por estar enganchado a ellas, sino porque siguen siendo necesarias.
Por ejemplo: Si me duele la rodilla y me mandan un analgésico se me quitará el dolor de rodilla. Si después me retiran este fármaco, pero me sigo dando golpes continuados en la rodilla el dolor no se me quitará y tendré que volver a tomar el analgésico.
En este caso ¿estoy enganchado al analgésico o es que lo necesito?
Habitualmente en Traumatología y en otras especialidades de la Medicina lo tenemos claro, es que necesito tomar el fármaco porque lo que quiero es no tener dolor.
En muchas ocasiones la persona tiene una situación de estrés emocional muy elevada en su día a día. Con fármacos para dormir consigue descansar bien, pero al retirarlos vuelve a dormir mal porque no ha modificado la situación de estrés emocional que le ocasionaba la alteración del sueño.
¿De verdad está enganchada esta persona al fármaco, como falsamente creemos, o es que lo necesita?
Sin embargo, si resolvemos la situación estresante externa podremos retirar el tratamiento, siempre de forma progresiva y bajo control médico, sin ningún tipo de problema.
3- Un fármaco, bien indicado, nos va a mejorar el sueño sin provocarnos efectos adversos al día siguiente.
Uno de los motivos que hace que muchas personas se nieguen a tomar pastillas para dormir es el convencimiento de que al día siguiente va a presentar efectos adversos, como somnolencia o efecto resaca.
Es factible que estos efectos adversos puedan aparecer, pero lo que indicarían es que el fármaco utilizado no está siendo bien tolerado por el paciente y habría que retirarlo, porque lo que pretendemos es tener un efecto limpio sobre el sueño y que mejore el estado global de la persona durante la noche y también al día siguiente.
El que un fármaco pueda provocar un efecto adverso, un efecto negativo, no significa que todos los fármacos vayan a ser mal tolerados. Hay que utilizar otro fármaco con otra farmacocinética o con otro mecanismo de acción, que los hay.
Tenemos que conseguir que el sueño sea reparador y que al día siguiente la persona se encuentre fresca y descansada, con capacidad global para el desarrollo de su actividad habitual.
Y se puede conseguir.
Pero siempre es necesario que sea tu Psiquiatra el que marque la indicación y el uso de estos fármacos.
4- La mejoría del sueño que nos provoca el fármaco nos va a mejorar el estado anímico y el nivel de ansiedad
Si no dormimos bien se estará afectando también nuestro estado anímico y se estará disparando nuestro nivel de ansiedad.
Por el contrario, un sueño adecuado y reparador va a ser un factor de protección para evitar que aparezcan síntomas de ansiedad o síntomas depresivos durante el resto del día.
Además, tanto la ansiedad como la depresión conllevan, como uno de sus principales síntomas, una alteración del sueño que hay siempre que resolver.
Es por esto que no podemos tener ningún reparo a la hora de tomar medicamentos, tanto para prevenir la ansiedad y la depresión producidas por la carencia de sueño, como para tratar estas enfermedades si ya están establecidas.
Combatir la ansiedad y la depresión es una de las principales razones para tomar pastillas para dormir. Siempre bajo control médico.
5- Existe un arsenal amplísimo de medicamentos para combatir el insomnio y seguro que existe el fármaco específico para mejorar nuestro sueño, pero tenemos que dejar que sea nuestro psiquiatra quien nos lo regule.
No todos los fármacos pueden ser útiles para todas las personas.
Hay que evitar el tomar fármacos por la recomendación del vecino, del primo o del cuñado.
Un medicamento puede ser efectivo para una persona, pero no serlo para otra.
Según el tipo de alteración del sueño que tengamos, los síntomas asociados, los antecedentes previos, la edad, el peso o los mecanismos que ya hayamos utilizado antes para tratar de dominar el sueño, podremos emplear un fármaco u otro.
Hay que evitar siempre la automedicación y el uso anómalo de fármacos porque podrían causar más perjuicio que beneficio.
Existe un amplio arsenal de fármacos para combatir el insomnio y para mejorar la calidad del sueño, pero tenemos que dejarnos guiar por el profesional médico, por nuestro psiquiatra, para poder determinar cual es el que podemos utilizar, buscando la máxima eficacia y la ausencia de efectos adversos.