El síndrome de desgaste profesional es el resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito.
Causas que favorecen la aparición del síndrome de desgaste profesional
Entre las causas que favorecen la aparición de este síndrome de desgaste profesional existen algunas relacionadas con la forma de ser de la persona y otras relacionadas directamente con el trabajo, por una inadecuada organización de la actividad laboral o por el tipo de trabajo que se realiza
Causas que tienen que ver con la forma de ser de la persona
Tienen que ver con la implicación de la persona hacia el trabajo.
Aparecen fundamentalmente en personas con un alto compromiso individual, que conlleva unos niveles muy elevados de responsabilidad personal y autoexigencia en el trabajo. Siempre comento en consulta a estas personas que ellas mismas son sus “peores jefes”, porque se implican mucho más de lo necesario, más de lo que se le exige y, por supuesto, mucho más de lo que ellas mismas exigirían a otras personas.
También es más frecuente la aparición del síndrome de desgaste profesional en personas con gran inseguridad personal, personas dependientes de los demás para el desarrollo de sus acciones (por tener una gran desconfianza hacia sí misma) o personas cuya conducta está marcada por la duda constante.
Causas relacionadas directamente con el trabajo:
Inadecuada organización de la actividad laboral
En muchas ocasiones no es el tipo de trabajo el causante directo del síndrome de desgaste profesional, sino que es la mala estructura y la inadecuada organización de la actividad laboral la que provoca el malestar emocional en el trabajador.
Entre estas causas se incluyen:
- Horarios intensos y mal planificados.
- Carga laboral excesiva con una remuneración escasa
- Relaciones laborales anómalas no detectadas por la persona que planifica la actividad.
- Inadecuada selección de personal, que conlleva que el trabajador realice funciones para la que no está adecuadamente capacitado
- Existencia de ambigüedades y conflictos de roles entre los trabajadores.
Tipo de trabajo
Hay algunos trabajos que conllevan un mayor riesgo de padecer un síndrome de desgaste profesional:
- Actividad laboral que implique un contacto social elevado
- Trabajos que conllevan una muy elevada carga de responsabilidad personal, sobre todo cuando además afecta directamente a otras personas.
- Trabajos monótonos, escasamente estimulantes y aburridos.
Mecanismos para prevenir el síndrome de desgaste profesional
Lo primordial es saber que esta labor de prevención debe ser conjunta por parte de la empresa y del trabajador.
Las empresas deberían preocuparse por la calidad de vida laboral de sus trabajadores. Así los trabajadores mejorarían en salud y bienestar, pero también existiría un beneficio empresarial, ya que el empleado que sufra el síndrome de desgaste profesional va a rendir mucho menos y, por tanto, va a ser mucho menos productivo para la empresa.
Es muy importante que las empresas puedan desarrollar programas encaminados a lograr el bienestar laboral, para poder observar a los trabajadores en su campo de acción, escucharlos, atenderlos y fomentar un buen clima de relaciones laborales, todo encaminado a prevenir estos procesos y detectar los casos de una manera muy precoz para poder darles una rápida solución.
Las redes de comunicación en la empresa deberían ser fluidas, promoviendo la participación de todos los trabajadores.
El fomento de la formación laboral es primordial también para que disminuya el riesgo de padecer el síndrome de desgaste profesional.
Por último, la flexibilidad horaria, cuando ello sea posible, favorecería enormemente el rendimiento positivo del trabajador, haciéndolo más adaptado a las necesidades propias de su vida familiar/personal/laboral.
Tratamiento de la persona que padece el síndrome de desgaste profesional
Lo principal, tras haber realizado un diagnóstico correcto, es valorar la intensidad del proceso.
El primer mecanismo de actuación es el abordaje psicoterapéutico, buscando mecanismos conductuales que favorezcan el desarrollo de la actividad laboral de una forma diferente a la que estamos realizando y que nos está provocando síntomas emocionales.
Lo ideal sería la comunicación con la empresa para que esta labor de modificación del entorno laboral sea desarrollada por las dos partes. Pero en muchas ocasiones esto no es posible, así que será la persona con un síndrome de desgaste profesional (“trabajador quemado”) la que tendrá que realizar cambios personales y en la forma de afrontar el trabajo, para que el estrés negativo disminuya de forma paralela a la carga de ansiedad que nos provoca.
El trabajo, al fin y al cabo, es sólo trabajo, no podemos dejarnos la vida en ello.
Cuando los síntomas que presenta la persona con el síndrome de desgaste profesional son más graves provocan una alteración en el desarrollo de su vida profesional, afectando también a su vida personal, familiar y relacional
El abordaje entonces tendrá que hacerse ya desde la Medicina y desde la Psiquiatría.
En primer lugar, habrá que plantear una baja laboral, para que el trabajador/paciente se pueda alejar durante un tiempo del mecanismo generador de su malestar.
Paralelamente ya tendrá que iniciarse un tratamiento farmacológico para liberarlo de la ansiedad anómala que está sufriendo (medicamentos ansiolíticos) y/o para recuperar el bajo estado anímico que ha provocado (medicamentos antidepresivos), siempre bajo un estricto control médico especializado.
Siempre, además, habrá que abordar y tratar de modificar el entorno laboral alterado o la forma de afrontamiento del mismo por parte del paciente.